Ella fue N, yo fui Nazi

No tuvimos compasión de los autos, ni de las combis. Nuestras caminatas no pasaban de dos besos más un cuarto de guerra, ella era N yo era un Nazi,  tomaba la esvástica y soplaba a Europa cinco siglos de Gloria al ritmo de como acariciaba su pezón y alrededor de este daba por hecho la fecha: 1986. El color de su historia personal se parecía a un VHS, con películas de Robín Willians, era tan Nazi que odiaba la marcha de sus piernas y su devoción a las margaritas, detestaba el crujir del señor de los milagros entre su cabellos; los niños se le colgaban de los dedos y que mierda hacíamos, solo tomar nuestro caballito de totora y desafiar el alcohol de la tardanza de habernos conocido. Dado que nuestro amor, no era amor, era la guerra que asume la física cuántica cuando se da cuenta que es mejor meter los dedos en la humedad de tu amada y sentir los protones girando y chocando-------------------################# así  se crea amor,  así creaste la sonrisa de ella.
Me besaba como mar en fuga y sus pirámides no conocían geometría, la distancia rompía con el espacio// mis pies caminaban// ella// mujer de huesos sin piel y vellos que se enreda en la carne de mi verso// nuestro futuro es saliva con alcohol bajo unas gradas con luces y música// (un paréntesis para el amor)
Nos enojábamos, me convertía en fantasma caminaba bajo sus piernas, jugaba el trompo mientras ella gruñía y me lamía como cachorra, yo estiraba mi mano y decía Hail. Tenía que ganar yo. No quería compartirle el estado ni el poder del capital de mi vientre. Mientras ella era soldado que guarda su arma.
 Ya estábamos perdidos
ella cerco su nido  y  yo me fui con la lluvia  a otro  funeral
os muertos de guerra bebieron conmigo, ella orinó en una esquina
su orín fue maldición para mis combatientes,
perdí mi guerra,
ella gano todo.

Muerta la amistad, ya no hay una araña  caminando por las paredes, solo hay cucarachas en plena misa crucificando  su fe por seguridad muchas veces. Ya no hay filosofía en nuestras calles,solo himnos botados, el recuerdo de tus piernas y mis caderas. Tu eras N, yo  tenía mi avión bombardeándote, y mis metrallas no paraban ahora solo hay devastación de guerra.

Cuando el soldado regresa a casa
no tiene mujer,
su mujer se la llevo dios,
el ama a las mujeres de los soldados,
las convierte en juego de azar.

Tú eras N, yo sólo no usé bien el retrovisor.


Mario Santiago Bey Quiroga

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