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PUBLIRREPORTAJE
"supositorios trilce"
Señoras y señoras nos complace y excita presentarle nuestro nuevo invento. Un magnifico supositorio para versar como el maestro César. Hay de todos los tamaños y colores y sabores. Ahora les contamos cómo funciona. Producto de conversaciones y estudios exigentes, y en vista de que ahora el demonio viene por dentro (“autoconciencia, ego”), y las “apariencias engañan” hemos creado un sencillo y útil y recargable modelo para toda clase de muchachitos y muchachitas. 

Se activa fácil y se lava rápido. Y cuando a uno se le antoje dárselas de vate, se baja el pantalón y se clava el modelo. Hay modelos con anillos y con vibradores para lograr versos más vanguardistas e iconoclastas. El dolor chocolateado, es un hecho probado “científicamente”, da color y belleza. Pruébelo ya.

Un cuento desde una ventana surrealista

Cuando el pueblo quiere justicia sale un tipo gordo y gigantesco que quiere que todos retrocedan y odien la música, cuando sucede esto los versos se ponen melancólicos y le salen algo de moco pero su amiga la insurrección le presta un pañuelo, pero se lo devuelve,  tiene que lavarlo porque a su dueña le gusta la marinera, la marinera con sabor a rebeldía, esa que desconoce la voz de un patrón o un dictador. Por eso cuando el tipo gordo, o la señora sin rostro quieren  timar, salen enanos  dientones en busca de destruir todo lo que tenga una pizca de color, quieren  un pueblo gris, sin ninguna chispa, que triste suena cuando los tambores dejan de sonar, a veces los payasos ya no hacen reír y se van a una esquina a llorar o emborracharse con alguna cumbia, pero  por más que haya entes encargados de desparramar el aprecio por lo gris y la tortura, existe siempre un  sikuri que cantar, porque el viento es cómplice del guerrero que siente en su pecho siglos  de arena, barro y hojas  de coca; pero todo vuelve, la historia puede correr, pero ese mismo guerrero ahora vende linaza en una esquina , los buses dicen con su modernidad liquida pintan de desorden la avenida, y el vende la linaza, una boca con frio prueba el alimento caliente, llega a su estómago para que el imperio del sol y del inca sea un tatuaje dentro de él, otra vez el  guerrero/linaza encarna al peruano que sale de madrugada, mañana, tarde y noche, a insertarse en una economía que no le fue consultado, y que  lo desprecia y escupe cada segundo, por eso el guerrero/linaza  toma el vaso sirve y atiende a otros peruanos, que también soportan los discursos con metida de rata cada cinco años, los palazos por parte de las economías mundiales y todo aquello que quita algo de palabra, o nos quitaron desde que entramos a la puerta de un colegio y nos dijeron  que repitamos, por eso es recomendable que lxs niñxs hagan  petroglifos en el salón y  conviertan sus deseos en monolitos,  que la cultura sea un beso y la economía se reparta en abrazos.  Los gatos ahora caminan debajo de la lluvia, revolcándose arañando los panfletos votados por partidos que dijeron y no hicieron, los gatos, la venganza de los gatos,  la destrucción de los techos, la destrucción de un paseo sin destino, o cuando tomas una combi y le dices al cobrador lléveme donde los sueños nos lleven, y el chofer te mira y pone  viento de Chacalón, y dos señoritas dicen miren ese joven, piensa que las utopías están cercas, tú sigues  sentado esperando que el cobrador te deje donde pediste ir, pagas tus setenta céntimos, y esperas que todo no sea un sueño , sino que el sorbo de chicha de jora sea el verdadero encuentro con el pasado que deseaste, que de las manos de la señora de la esquina que sale todos los días a vender su chicha, te de lo que buscabas, ¡crear, forjar poder popular!.  Más allá de la secta urbana o de la secta partidaria entendiste que la lógica del poder, tiene un remolino de lógicas y el amor a veces es más compresible que un símbolo de izquierda y que cupido puede ser más revolucionario, ahora es mejor tomarse una cerveza, respirar hondo y cantar: la sangre del pueblo tiene rico perfume huele jazmines, violetas, geranios y margaritas a pólvora y dinamita carajo.   Y en la puerta del horno se cocinan los panfletos,  apunta el nombre de la muerte, porque todo el abecedario no puede llevar tu muerte, avisa en este nuevo crimen, se él campana, avisa y también sé el criminal, el arte ahora será juzgado por hacer de tu grito una grafiti y de tu pasión un proyecto, ya no caigas en el defecto de creer al que se pone corbata y suelta la lengua atrapando moscas, cree  en lo que tú puedes imaginar,¡ proletarios del mundo libérense e imaginen!, que dentro de ustedes está el mundo donde haya varios universos, y el cosmos sea un puñado de serpentina que adorne el nuevo baile, porque sin baile no es mi revolución.
                                                                    
Escrito por Mario santiago Bey Quiroga

AL COLEGIO NO IREMOS MÁS...

DESAPROBADOS

el ron se hizo mujer
y entró al colegio como un ácido lleno de perros
abrió mochilas y nuevos caminos
pero nadie podía pasar
estábamos amarrados a las carpetas así como se amarra la chupadera del año pasado al año que viene
todo con yuyo
                           y balas

Pero había que aguantar

o solo ser fusilado por decenas de penes y tetas en el pabellón C, 5to B, turno siempre tarde
o el hueco donde nos empujaron a 4to y 5to frente a la cocina, el muerto y el baño
allí donde la vida era filosa pero sencilla:
solo pegar pa que no te peguen
solo meter mano pa no perder las tuyas
solo matar para que no te agarren tres y apaguen cohetes en tus brazos
solo fusilarte sin piedad
así como decías al pequeño Palacios: busca otro más chato que nadie
ame, nadie críe, nadie madre y aplástalo
súmate a todos por emcima de todos
y repite conmigo: era mi amigo pero tuve que matarlo
sacarle zapatos, ojos, yuyo, corazón intacto
y enterrarlo en el techo.

pero me voy a rebelar

podemos escarbar debajo del colegio y hacerlo caer, caer y rodar
rodar como la pelota mil veces parchada
y quizá la vida ya no sea tan sencilla;
sea real o sea un río
donde tus recuerdos no sean un montón de fósforos mojados y apilados para una foto
donde podemos serlo todo menos nosotros
porque nos vamos
porque no es lo mismo sonreir amenazado
             no es lo mismo crecer a patadas.

Y el recreo era un paraíso

y el paraíso un montón de pantanos
y los pantanos eran nuestras madres pero no descuartizadas
y sus renacuajos eran abrazos antes de dormir o de fusilarnos
porque en ellos tuve un amigo que alquilaba caballos al futuro
uno que recogía basura antes que el sol
uno albañil desde que nació y otro
otro que le sacaba los piojos a su hermanita cada vez que entraba al corral de los pollos a jugar

y tuve 11 amigos sin padres

cuatro amigas con demasiados padres
me rompí la cabeza 10 ó 12 veces
y la poesía no era más que la arena que jamás me salía del zapato
hasta que un día el profe revisó medias al frente de todos y las mías tenian hueco.
No escapé, no me escondí. Alcé mi pezuña revolucionaria y todos vieron mi interior:
primero risas
pero al final todos alzamos las pezuñas como banderas gritando que nada
nada podía contenernos
ni las púas o el vidrio roto coronando las paredes, nada,
ni la pizarra, ni la poesía
nada recogerá todo lo que sentimos
nada de renacuajos tímidos a formación donde el profe sólo veía vaginas
la directora solo piedras y piojos, y yo al Frontón...

Pero el profe

había perdido un hijo
la miss tenía quistes y un nieto abortado en la disco.
Nosotros jugábamos a ser grandes porque no había tiempo para nada
porque no había más juguete que la Muerte y su alambre
y yo jugaba conmigo
pero me apareció el bigote como mala hierba
y a Susan alguien metió la mano
a Jeny alguien le metió un hijo, está llorando, allá voy pero toca el recreo
a Pacheco se le perdió el corazón, podemos ayudarlo pero toca el recreo
Emanuel ha sido violado, perdió un dedo
y el profe perdió otro hijo, allá vamos, casi todos
pero toca el recreo

y de mis heridas nacen vizcachas, boas, caballos

y mucha música para responder a los exámenes que poco a poco nos arrastraban desde la mierda hasta la mierda equivocada
y tú vienes, vienes a abrazarme
pero toca el recreo

y ahora me nacen perros por la boca y una protesta de cóndores exigiendo salvarnos del próximo año,

de tener hijos, de darle cuerda a este circo que nadie nos ha presentado, de decir basta ya
pero toca la muerte
                                y el recreo

y ahora revive Palacios y desde los techos me grita lo tenemos todo para la revolución y para abrazar a mamá

pero toca el recreo, toca el recreo

y ofrecemos un corazón maltratado pero lúcido

ya no queremos jalar, ya no somos ron
pero ahora
toca
la salida.


Antonio Chumbile

La degeneración del género humano



Hace algunos días tuve una breve discusión con mi padre. Yo planteaba que el género chicha es demasiado estridente, y, ciertamente, desagradable para los oídos de muchos. Y que quizá Papá Chacalón, el ángel del pueblo, aquel hombre barrigudo y de melena tan peculiar, que, como se dice, hacía bajar los cerros con su canto; aquél hombre, voy diciendo, es el único, o uno de los únicos, aunque a mi parecer el más grande compositor de la “chicha” más hermosa que se haya compuesto nunca. Aún recuerdo lo melancólico y doloroso que me resultó oír “Viento”, o “Ven, mi amor”, o “Muchacho provinciano”. Es en esta última y en la primera donde la historia misma se relata como vivencia en carne y hueso, y el sufrimiento de un hombre, o un pueblo, o una raza entera, soñando junto a sus bohíos. Luego me pregunté qué demonios pasó más recientemente, ¿por qué existe una diferencia tan grande entre el padre, el ángel de pueblo, y su hijo? Mi padre continuaba diciendo que todos los géneros son valederos, y que más bien lo que prima es la relatividad en los gustos, con respecto a cada cultura. Por último, antes de irse, me dijo: “¿te crees dueño absoluto de la melodía?”. De inmediato respondí que no; entonces se fue. Pero aún me quedaron demasiadas dudas. ¿Qué sucede con la música chicha?, me pregunté, luego reflexioné y cambié de pregunta: ¿Qué sucede con la música? En la última década la música ha sufrido alteraciones horrendas, y el resultado ha sido una monstruosa combinación de infinidad de imbecilidades, y que al fin de todo, no dicen nada, o no expresan la verdadera emoción como sí lo hacía la música de antaño. ¿No resulta curioso? Pero, esta malformación no se queda allí. Las artes: la literatura, la escultura, la pintura, la poesía, el cine, el teatro. Y más allá, aún… la amistad, el amor, el trabajo, el lenguaje. Casi todo ha volcado en una tristísima degeneración. ¿Por qué, entonces? Cuando converso con mis amigos subterráneos, esta cuestión siempre sale a flote mientras discutimos lo vacío que significa estar vivo en estas épocas. ¿A quién culpar? ¡A quién, a quién, a quién, a quién!, resuena en la cloaca: El Sistema, el capital, la industria; y más aún, el imperio, que arremete contra cada cultura y la va desintegrando desde sus entrañas, hasta afuera. Desbordando su pomposidad con sangre y lágrimas, destruyendo al hombre. Llegué a una conclusión: Estamos yendo entre la degeneración del género humano, la subyugación del espíritu por muy debajo del dinero. La fatuidad con que se crea cada arte, y la poca sensibilidad están llevando al hombre a sentirse cada vez menos hombre, menos humano. Sin embargo (y esto es lo más importante), aún sobreviven corazones al incontenible avance de la industria, al degenerado sentido con que cada nueva persona que nace se nutre y crece. Hay, muy  por debajo de todos los edificios, un poeta, un romántico, un trovador de cantos celestiales, una mujer que aún habla de Simoné de Beauvoir, un hombre, como yo, que recuerda a Kafka. Porque sin embargo, pese a la demoledora realidad, sobrevive la poesía.

Luis Ernesto

Lalo Lima




 


Jorge Pimentel decía que no hay nada más importante que escribir y caminar. Entre Eduardo Borjas y el mencionado quizás solo exista aquel vínculo simbólico: latear. Acaba de publicarse Trendelemburg y todavía no ladran los perros. 

Trendelemburg es un viaje. Un viaje vital por el lenguaje, un lenguaje farmacéutico (el título alude a una posición médica), que confirma la posibilidad de romper los límites de los diccionarios, que no disminuye su velocidad a pesar de lo denso y que se vuelve una voz sólida. Un libro musical. Palabras como disimilación, citymegalovirus, rímak, cococha (que, rastreándolo por Wikipedia, alude a un plato de la cocina vasca), Centralia, consumpción, son las pistas que Eduardo lanza en su cantata. 

El manejo de lenguaje navega por lo denso sin perder oxigeno, pero tampoco es una poesía de “velocidad”, rótulo de moda entre los poetas que escriben en Word con las yemas repletas de pólvora, sino del ritmo. La música es mayúscula e hiperbola los poemas. Esta propuesta lo emparenta con los trovadores (nómadas poetas), los nuevaoleros (por la melancolía), con los surrealistas (repensar el mundo sin filtros) y en fin, con una vasta familia de vocingleros. 

Aquella música desquiciada que repercuten las calles de Lima, un órgano enfermo, son un transito hacia la pulpa del sinsentido. 

Por los poemas de Borjas se trepa Lorca, el español, Lorca de poeta en nueva york (por supuesto) perdido en Lima, drogado y tomando una chata de ron. La ciudad que mata los sueños de los niños en el caso de Eduardo es Lima. Vicente Alexaindre y Miguel Idelfonso se dan un abrazo. De fondo, sirenas y ramalazos de luz cítrica. Se escuchan Los Belkings, como un ventarrón, y mientras su barco desmantelado (con su música humeando) se hunde, llora Vallejo sentado en Plaza San Martín, y se despliega la ruta del que avanza descubriendo, dando visiones y captando.

Y su ruta es un paso para atrás y dos para adelante.  Un paso atrás en el lenguaje oral excesivamente loco y que no dice nada, (pues Eduardo, entre versos, asume ideas de lo real) solo pinta y dos adelante de la potencia, no del tema, sino de la unicidad y reverberación de la palabra.  Se afirma que la música y la poesía son parejas unívocas, mezclan tensión y lucidez. Cojan cualquier libro de su estante y rastreen su simiente musical y tendrán otra influencia. Una sombra. Una energía umbrosa. En realidad, la extensión es mayor, todo confluye al poema; por ser forma se parece a la escultura, por ser color es cuadro, por su sonido es música, y su lenguaje le da algo de filosofía y ciencia. 

Borjas escribe con un soundtrack de fondo, con cuadros y colores desatados. La Nueva Ola, melodías lluviosas y sentimentales, para muchos  anacrónica, reaparece con letra apocalíptica. Aquí vuelve Juan Ojeda, poeta que vaticinó la catástrofe, el caos. Ojeda dibujó con elegancia el advenimiento del caos, y Lalo escribe desde el caos mismo. No hay sentidos ni horizontes. Desde un barco que se hunde. Canta desde un barco que se hunde. Garua y ballenas blancas. Autos y trombones. Niñas cargando de un puñado el corazón de un pez en una bolsa de plástico. Inválidos que juegan fútbol y una ciudad que no existe. 

Por eso, el poeta canta sin celebraciones, sin gozo, desde la “desolación y el caos”. Y ese mundo del fondo, es una ciudad que se parece a un cuadro. }

Cuando Eduardo Borjas ingresa a la universidad Villarreal, La Colmena era Ciudad Gótica. Los supermercados de la Avenida Tacna –Tootus, Maestro- no existían, y la oscuridad también era dictadura. Asilo de putas y chavetero amor y ladrones adolescentes. La poesía ya no era una manera de protegerse o hablar en medio de la destrucción, sino un modo de huir o asimilar o ver. De fondo, la historia política: la "democracia" reaparece de la mano de Toledo y "parece" liberar las universidades. 

Fujimori lanza un fax renunciando desde Japón. Lalo permanece en la universidad junto a trovadores y vagos poetas. Ron y poesía los viernes. Colmena crece como una procesión. Los viernes empiezan los recitales en quilca, liturgia religiosa de ego y el orgullo mezclados. Titila, arroja, desenvaina sonidos. Caminar y escribir. La poesía no es reflejo social, es recreación, vesania, y desde ahí, purita intuición. Ojos. Apagar la luz, hablar y ver qué sucede. Hablar. Ver. Y mientras uno sabe que “en verdad la juventud va a acabarse” y se latea siguiendo a niñas, se asume la experiencia como visión. Caminar y escribir. Observar. Once años después. Traducir, mezclar y mostrar. Asumir el “yo he visto” de Allen. 

Eduardo ha logrado una propuesta clásica y actual, un libro con punche y belleza, fronterizo, con colisión y coalición propios, una fusión de lo oral y no neobarroco (propuestas situadas y comunes dentro de la poesía peruana joven) y un colagge personal de Lima, ciudad de reyes, ladrones y de- desde siempre- poetas trotamundos.

Por julio barco

Madrugada diáfana de un cuerpo celeste


“Y el poder capitalista me quito a la mujer
 que amaba y mis estudios”
El loquito de la calle San Francisco



Estás pateando latas, bebes un gran chorro de ron frente al monasterio sale una monjita loca y desnuda te enseña las víboras de sus tetas, pero tus ojos son flechas y le das a  su cristo, la monjita cae a los pies de su cristo, con su verga al aire inventa una salvación del mundo, ese cristo derrama de su corazón el vino de la ultima cena, el vino que recoges con tu boca, porque tú quieres ser inmortal, tu también quieres ser un mesías, un mesías joven y alcohólico, que tiene entre sus dedos el poder para cambiar de bar en bar, y el poder de hablar con los locos y no curarlos si no volver la noche más loca, quieres ser el mesías que diga  a la chica californiana que no tiene huellas ni rastros que solo tenía piel  y sus ojos estaban en un papel, un papel que no abriste , que tuviste miedo, pero también tuviste orgullo nómade, ese orgullo del flautista que descansa debajo de un árbol para que la caiga la gravedad encima y la filosofía le hagan leyes a su música y a su rostro no descifrado, porque la chica californiana, tenía que partir al día siguiente, y tú no pudiste destruir el sol ,  ni tomarte la lata de cerveza que llevaba no solo el nombre de una calle, sino toda la historia desde que existió(  asaltos, peleas, borracheras, amores, sexo frenético). Sigue  bebiendo el vino de la herida de cristo, sé el mesías que quieres ser propaga, tus vómitos y tus dolores, los enanos de tu cabeza, siguen diciéndote que tú eres pura mierda al cuadrado, que las matemáticas son exactas cuando se trata de tu pesimismo, que el suicidio  es la anatomía que tus dedos buscan, buscan hacer bang bang con el arma que tu viejo tiene en el ropero, pero no te atreves como  cuando caminas por las noches y saltas de un costado al otro, buscando ser un ave o una serpiente, si ahora quieres ser el mesías serpiente el que tiene la buena nueva  con veneno, porque no es bonito hacer arte si no hay un toque de muerte, si no existe un golpe en los huevos del que tiene un discurso de poder y florido;  si saca la lengua como el demonio bebe que te visitó cuando no podías dormir por el exceso de felicidad que te inyectabas o leías, saca la lengua como el bebe demonio y se amenazante como esa hermosa criatura que no quería asustarte solo quería darte  la bienvenida a tu nuevo estado   de verso muerto, de verso caído, de verso  mojado por la lluvia, de verso roto por un vidrio. Y el puente ya no sabe igual, las barandas te hablan en otro idioma, siempre cada madrugada es diferente, un día el cielo te escupe, o en otra te da una bendición, a veces devoras autos o  masticas la pista para sentirte cosmopolita; ya ni  una rubia teñida te hará sonreír y sigues con el vaso en la mano, bebes otro chorro de ron, la ciudad te da esa paz fecal y mental, se respira el aire a muerto de mercado, a muerto acuchillado por un familiar en busca de una herencia. Dos ebrios te hablan de la belleza del arte, del arte que llevan en su  aliento fractal, atómico, paz y guerra, en un canto, las dos mujeres maduras arrechan al bar y el bar ofrece semen con un poco de tranquilidad, la mañana ya dijo levántense, ahora ustedes son nuevos, la rutina es parte de sus sangre de su genética, dejen el bolero y el tango, pero tú no haces caso, tus dedos se estiran y se envuelven en los cuellos de las chiquillas, buscas el cuerpo celeste, pero ya se fue, ya su bus partió, la californiana  iba a rumbo a Tacna, ya no hay estrellas ni el cosmos, es tu secuaz, ya perdiste, ahora comienza tu transformación en mesías, ves los estigmas en tus manos, salen los gusanos que viste de niño, los que no te dejaban dormir y te hablaban en tus sueños, hola te decían, háblanos somos tus amigos, queremos tu bien, haz esa carta que llena tu soledad y anuncia tu suicidio a los ocho años, así te decían los gusanos que ahora salen de tus estigmas, y tu sangre derramada por los pecadores y los trabajadores oprimidos,  la sangre que el obispo beberá de tus manos, la sangre que embriaga a los beatos, la sangre que sarita colonia repasa con su lengua, la sangre que papa Chacalón canta en una cumbia andina,  y esa sangre que esta derramada en Bagua,Conga,  Pichinaqui, sangre que estará en las plazas y en los museos, porque ahora las plazas ya no será el centro de una iglesia, será el centro de un corazón que  grita cuando la madrugada diáfana ya terminó, o cuando la madrugada busca su revancha, porque la noche asesina y te reta a siempre a dejar de lado quien eres para mostrarte un comic de marvel, o un pedazo de escoria que camina y se olvida y se olvida y se olvida de todo y  de nada, porque ahora tu silueta esta dibujada en la calle, como muerto, como estrella de Hollywood  tu nombre, está ahí, un poco garabateado y  un tanto desechado.  Las calles vuelven hacer las mismas,  los sonámbulos dictan su política y los perros orinan para que la calma vuelva, las señoras que venden los cigarros y gaseosas  se vuelven vigilantes diurnas de las batallas sucesivas del cerebro acongojado y del  corazón con voluntad  de crear. La madrugada ya dio un nuevo aviso en el periódico y los chibolos ya están buscando trabajo o un puesto en el cuartel porque se tiene que ser algo en la vida, el fucking destino no perdona y menos que no tengas las madrugadas contadas en tu calendario  y no tengas un plan entre tus dedos o un puño para defenderte mañana, ya no pienses más, el cuerpo celeste ya está lejos del cosmos de tu barrio.


MARIO SANTIAGO BEY QUIROGA

¿A QUÉ DEMONIOS PUEDEN APESTAR CIEN POETAS? Aquí una posible respuesta.



A QUÉ APESTAN 100 POETAS?

Un poeta, si escribe,
apesta a soledad y tal vez poesía.
2 apestan a cigarrillos y tal vez poesía.
3 apestan a alcohol, si alcanza
4 poetas suelen terminar apestando a una revista que luego se abrirá a 5 ó 6 y que los otros 94 aplastarán y exprimirán con nada hasta que vuelvan a ser 3, 2
pero sin cigarrillos
ni poesía
7 poetas apestan a recital de dos rondas donde 1 será chistoso 2 serán malos y 4 malísimos
8 poetas no apestan a nada
9 pueden apestar a colores en grupos de 3 iluminando las calles de Arequipa
pasándose el pucho delicadamente así como mis comadres se pasan un recién nacido
10 poetas apestan a despedida
11 apestan a cojo fresco
12 poetas apestan a que 3 no van a poner nada
13 poetas también
14 apestan a un manifiesto definitivo y genial que nunca se va escribir
3 poetas igual. 2 tal vez.
De 15 poetas sólo unos 8 saldrán en la foto.
De 16 no sé nada.
Y casi 17 poetas conocí en Cuzco
pero fueron niños de 9 los que marcaron mi vida en Chachapoyas
niños de 10 en el Rímac / y niños de 40 y tantos en los pechos desiertos de Ica
18 poetas
apestan a un festival donde todos tomarán de todo pero nada en serio
19 poetas apestan a que uno sobra
20 igual
pero desde los XXI
los poetas apestamos a pan seco / a óxido / porque no estamos de acuerdo
ni 22, ni 47, ni 82 apestamos como algo unido, algo unísono
por eso ven conmigo y saltemos:
97 poetas apestan a cuenta regresiva y tartamuda
98 poetas apestan a penales
99 apestan a que tendrán excusa para todo
Y 100
100 poetas deberían apestar a revolución, siquiera un rato,
pero sus colonizados facebooks
                                                   apestan más fuerte.


                                                       Y a qué apesta la poesía?
                                                           A todo lo anterior - 100


Antonio Chumbile