“Y el
poder capitalista me quito a la mujer
que amaba y mis estudios”
El loquito de la calle San Francisco
Estás pateando latas, bebes un gran chorro de ron frente al
monasterio sale una monjita loca y desnuda te enseña las víboras de sus tetas,
pero tus ojos son flechas y le das a su
cristo, la monjita cae a los pies de su cristo, con su verga al aire inventa
una salvación del mundo, ese cristo derrama de su corazón el vino de la ultima
cena, el vino que recoges con tu boca, porque tú quieres ser inmortal, tu
también quieres ser un mesías, un mesías joven y alcohólico, que tiene entre
sus dedos el poder para cambiar de bar en bar, y el poder de hablar con los
locos y no curarlos si no volver la noche más loca, quieres ser el mesías que
diga a la chica californiana que no
tiene huellas ni rastros que solo tenía piel
y sus ojos estaban en un papel, un papel que no abriste , que tuviste
miedo, pero también tuviste orgullo nómade, ese orgullo del flautista que
descansa debajo de un árbol para que la caiga la gravedad encima y la filosofía
le hagan leyes a su música y a su rostro no descifrado, porque la chica
californiana, tenía que partir al día siguiente, y tú no pudiste destruir el
sol , ni tomarte la lata de cerveza que
llevaba no solo el nombre de una calle, sino toda la historia desde que
existió( asaltos, peleas, borracheras,
amores, sexo frenético). Sigue bebiendo
el vino de la herida de cristo, sé el mesías que quieres ser propaga, tus
vómitos y tus dolores, los enanos de tu cabeza, siguen diciéndote que tú eres
pura mierda al cuadrado, que las matemáticas son exactas cuando se trata de tu
pesimismo, que el suicidio es la
anatomía que tus dedos buscan, buscan hacer bang bang con el arma que tu viejo
tiene en el ropero, pero no te atreves como
cuando caminas por las noches y saltas de un costado al otro, buscando
ser un ave o una serpiente, si ahora quieres ser el mesías serpiente el que
tiene la buena nueva con veneno, porque
no es bonito hacer arte si no hay un toque de muerte, si no existe un golpe en
los huevos del que tiene un discurso de poder y florido; si saca la lengua como el demonio bebe que te
visitó cuando no podías dormir por el exceso de felicidad que te inyectabas o leías,
saca la lengua como el bebe demonio y se amenazante como esa hermosa criatura
que no quería asustarte solo quería darte
la bienvenida a tu nuevo estado
de verso muerto, de verso caído, de verso mojado por la lluvia, de verso roto por un
vidrio. Y el puente ya no sabe igual, las barandas te hablan en otro idioma,
siempre cada madrugada es diferente, un día el cielo te escupe, o en otra te da
una bendición, a veces devoras autos o
masticas la pista para sentirte cosmopolita; ya ni una rubia teñida te hará sonreír y sigues con
el vaso en la mano, bebes otro chorro de ron, la ciudad te da esa paz fecal y
mental, se respira el aire a muerto de mercado, a muerto acuchillado por un familiar
en busca de una herencia. Dos ebrios te hablan de la belleza del arte, del arte
que llevan en su aliento fractal,
atómico, paz y guerra, en un canto, las dos mujeres maduras arrechan al bar y
el bar ofrece semen con un poco de tranquilidad, la mañana ya dijo levántense,
ahora ustedes son nuevos, la rutina es parte de sus sangre de su genética,
dejen el bolero y el tango, pero tú no haces caso, tus dedos se estiran y se
envuelven en los cuellos de las chiquillas, buscas el cuerpo celeste, pero ya se
fue, ya su bus partió, la californiana
iba a rumbo a Tacna, ya no hay estrellas ni el cosmos, es tu secuaz, ya
perdiste, ahora comienza tu transformación en mesías, ves los estigmas en tus
manos, salen los gusanos que viste de niño, los que no te dejaban dormir y te
hablaban en tus sueños, hola te decían, háblanos somos tus amigos, queremos tu
bien, haz esa carta que llena tu soledad y anuncia tu suicidio a los ocho años,
así te decían los gusanos que ahora salen de tus estigmas, y tu sangre
derramada por los pecadores y los trabajadores oprimidos, la sangre que el obispo beberá de tus manos,
la sangre que embriaga a los beatos, la sangre que sarita colonia repasa con su
lengua, la sangre que papa Chacalón canta en una cumbia andina, y esa sangre que esta derramada en
Bagua,Conga, Pichinaqui, sangre que
estará en las plazas y en los museos, porque ahora las plazas ya no será el
centro de una iglesia, será el centro de un corazón que grita cuando la madrugada diáfana ya terminó,
o cuando la madrugada busca su revancha, porque la noche asesina y te reta a
siempre a dejar de lado quien eres para mostrarte un comic de marvel, o un
pedazo de escoria que camina y se olvida y se olvida y se olvida de todo y de nada, porque ahora tu silueta esta
dibujada en la calle, como muerto, como estrella de Hollywood tu nombre, está ahí, un poco garabateado
y un tanto desechado. Las calles vuelven hacer las mismas, los sonámbulos dictan su política y los
perros orinan para que la calma vuelva, las señoras que venden los cigarros y
gaseosas se vuelven vigilantes diurnas
de las batallas sucesivas del cerebro acongojado y del corazón con voluntad de crear. La madrugada ya dio un nuevo aviso
en el periódico y los chibolos ya están buscando trabajo o un puesto en el
cuartel porque se tiene que ser algo en la vida, el fucking destino no perdona
y menos que no tengas las madrugadas contadas en tu calendario y no tengas un plan entre tus dedos o un puño
para defenderte mañana, ya no pienses más, el cuerpo celeste ya está lejos del
cosmos de tu barrio.
MARIO SANTIAGO BEY QUIROGA
el problema de leer mucho bukowsky
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