Un semáforo perdido



Luz roja, encendida, la gente pasa y nos cuestionan porque la historia no maulla en esta ciudad, solo somos ratas que salen de noche por los callejones cerca al río. Luz verde, el auto vuela y carcome su tecnología con los botones que uno debe presionar para ser más inteligente, estamos perdidos, es un tiempo apocalíptico, ni la luz amarilla no  nos salva. El semáforo perdido se busca en casas abandonadas de la aldea que no puedes formar. Las líneas del autopista están borrosas como el monologo del loco que duerme en una esquina, un trozo de capitalismo ahogado en un pedazo de ciudad; la muerte nos ronda desde los huesos hasta el último de nuestros bostezos.

Un semáforo llora, abandonado y paranoico no soporta las líneas que leyó en la carta que le dejaste en la cama, los mismos policías desfilan como si el gobierno amaría a sus pupilos. Pero la historia se repite la locura está en su estructura metálica, un semáforo grita en la noche y no extraña, solo anota cada paso y las cabelleras que observa  se atan a  sus colores.  

Como enamorar un semáforo.- no tomes precauciones, salta los techos y trepa por los planetas que conforman la trilogía de maldiciones esotéricas, nunca tomes precauciones, salta encima  del primer texto que prometa un post apocalipsis.

Como enloquecer un semáforo.- ya está loco, no revises sus apuntes, solo se pondrá melancólico y se aislara en peyote filosófico. A veces las teclas de su mente son sensibles, a pesar de su visión corta puede servir de oráculo y convertir novelas eróticas en fetiches malditos.

Desperté, la cama estaba desordenada, mis luces estaban confundidas, como siempre me sentía abandonado. Ya sabía que no era un semáforo  común, pero ella no lo comprendía, estaba agotada. Yo me sentía vacío. El tenerla como amante  no me satisfacía, ya era tarde y tenía que volver a la esquina a guiar el tránsito. Maldita vida. Cuando la conocí, pensé que todo iba a ser perfecto, sobre todo me conquisto su extraña forma de parecer una niña. Bueno no me importa, es tarde, y también se viene una guerra y ella tiene que ir a estudiar, y si su familia se entera que está con un semáforo no lo soportarían. Pero verla  dormida  me erradicaba las ganas de despertarla, atine a prender la televisión y como todas las malditas mañanas, las noticias hablan sobre la guerra, horrible guerra, no deseo estar aquí, pero tampoco puedo irme. Ya es tarde pero no quiero irme sin despedirme.

Como matar un semáforo.-  el suicidio es parte de su vida, la lluvia su peor enemiga, cualquier día una pared será su pistola.

Existe una guerra   en
la existencia zombie
un poco
de entrañas
matara
todo
en el fondo
todo deseamos morir
como un semáforo.

                                          MArio Santiago Bey Quiroga

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